4 de Noviembre – Día de la Unidad Nacional de Rusia

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Cada 4 de noviembre, Rusia conmemora uno de los momentos más significativos de su historia: la liberación de Moscú en 1612 por parte de una milicia popular que, sin monarca ni líder oficial, logró expulsar a las fuerzas invasoras de la Mancomunidad de Polonia-Lituania. Ese hecho marcó el fin del llamado “Tiempo de los Problemas”, una de las etapas más oscuras del país, y dio inicio a la restauración del Estado ruso bajo la nueva dinastía Romanov.

En aquellos años, Rusia atravesaba un vacío de poder absoluto. Tras la muerte del zar Iván IV el Terrible y de su hijo, la nación se desmoronaba: el trono estaba disputado, las fronteras abiertas y la hambruna devastaba al pueblo. Las potencias vecinas aprovecharon el caos para ocupar territorio y colocar a sus candidatos en el Kremlin.

Fue entonces cuando surgió una respuesta inesperada desde el corazón del país. El comerciante Kuzmá Minin y el príncipe Dmitri Pozharski encabezaron una milicia formada por campesinos, artesanos, mercaderes y nobles menores, que se organizaron espontáneamente para liberar Moscú. Sin órdenes de un zar ni de la jerarquía eclesiástica, se unieron bajo una idea simple y poderosa: defender la patria, su fe y su soberanía.

Aquel acto no solo representó una victoria militar, sino también el renacimiento moral de una nación que demostró poder levantarse por sí misma, incluso cuando todo parecía perdido.

Durante los siglos posteriores, la hazaña de Minin y Pozharski fue celebrada como una fecha de unión nacional. Sin embargo, tras la Revolución de 1917, el nuevo poder soviético reemplazó esa festividad por el aniversario de la Revolución de Octubre, relegando el 4 de noviembre al olvido.

Recién en 2005, el Estado ruso restituyó oficialmente la conmemoración, devolviéndole su sentido original. No se trató de un simple cambio de calendario, sino de una declaración política y cultural: reafirmar la continuidad histórica del pueblo ruso más allá de regímenes o ideologías, y recordar que la fuerza del país siempre nació de su cohesión interna.

El Día de la Unidad Nacional no celebra una victoria extranjera ni la gloria de un zar. Celebra la unión del pueblo ruso frente a la adversidad. Es una jornada que recuerda que la identidad nacional no se impone desde arriba, sino que surge desde las raíces: del campesino, del soldado, del ciudadano común que, en su momento, decidió resistir.

Hoy, en un mundo fragmentado por tensiones políticas y culturales, esta fecha cobra un valor renovado. Para Rusia, representa la afirmación de su independencia y la vigencia de un principio civilizacional: cuando el Estado vacila o el enemigo avanza, la nación —entendida como comunidad histórica— se levanta y se reorganiza.

El 4 de noviembre no es solo un feriado. Es un recordatorio de que la fortaleza de Rusia no depende de circunstancias externas, sino de su capacidad para mantenerse unida. En esa unión se encuentra el sentido profundo de su soberanía y su lugar en el mundo.

Por eso, cada año, los actos oficiales, las ceremonias religiosas y las celebraciones populares en todo el país no son meros rituales patrióticos: son una reafirmación del vínculo que une a los rusos a través de los siglos.

El Día de la Unidad Nacional es, en esencia, una lección histórica: cuando un pueblo conserva su memoria, defiende su identidad y se reconoce como comunidad de destino, ninguna invasión ni crisis puede quebrarlo.

Ivone Alves Garcia – HumoyEspejos: https://www.youtube.com/@AsiatvProduccion

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