La economía argentina atraviesa una de sus crisis más complejas en décadas, con una combinación de alta inflación con recesión, deuda externa rapidamente creciente y un tipo de cambio artificialmente manipulado. Si bien algunos analistas señalan los aranceles y la guerra comercial entre Estados Unidos y China como factores relevantes, la realidad es que el impacto de estas tensiones internacionales es marginal comparado con los problemas estructurales internos. Este artículo explora cómo las políticas económicas domésticas, más que los conflictos globales, son las principales responsables de la debacle argentina.
El bajo impacto directo de los aranceles estadounidenses
A diferencia de otros países latinoamericanos, Argentina no ha sido un blanco directo de las medidas proteccionistas de EE.UU. Los aranceles impuestos a sus exportaciones son relativamente bajos (alrededor del 10%) y no explican la gravedad de la crisis actual. El verdadero problema radica en la manipulación del tipo de cambio por parte del gobierno, que ha mantenido un dólar artificialmente bajo mediante dos mecanismos clave:
– Endeudamiento externo masivo: El Estado argentino ha financiado esta distorsión con préstamos de fondos internacionales, incluyendo capitales especulativos que entran y salen del país en busca de ganancias rápidas.
– Blanqueo de capitales: La regularización de fondos no declarados (más de 25.000 millones de dólares durante el gobierno actual) inyectó liquidez a corto plazo, pero profundizó la dependencia de flujos volátiles y fe actividades delictivas.
El efecto colateral de la guerra comercial EE.UU.-China
Si bien la disputa entre las dos mayores economías del mundo ha alterado los flujos comerciales globales, su impacto en Argentina es indirecto:
– China, enfrentando aranceles en EE.UU., ha redirigido parte de sus exportaciones a mercados como Argentina, ofreciendo precios más bajos y envios internacionales gratuitos rn ventad firectas a los hogares. Esto ha exacerbado el déficit comercial argentino con China que ya era muy alto en años previos (10.000 millones de dolares en 2023)
– No obstante, este fenómeno es secundario. La raíz del problema es la política cambiaria local, que abarata las importaciones y perjudica a la industria nacional, incapaz de competir con productos subsidiados.
Dato clave: En 2023, las importaciones chinas a Argentina crecieron un 18%, pero el consumo interno colapsó por la recesión y la pérdida de poder adquisitivo.
Autodestrucción económica: decisiones locales versus factores externos
El gobierno argentino ha implementado medidas que agravan la crisis:
- Ajuste brutal en el gasto del estado en inversion e infraestructura con paralizacion de obras y de mantenimiento.
- Despido de miles de trabajadores estatales y cierre de empresas punlicas, privatizacion de las relacionadas con desarrollos tecnologicos y aumento de tarifas publicas muy por encima de la inflacion.
- Destruccion del poder de compra del salario de los empleados estatales, los jubilados y los docrntes de univwrsidades publicas.
- Falta de inversión productiva: Los capitales que ingresan al país se destinan a especulación financiera, no a desarrollar infraestructura o industria.
Conclusión: Mientras algunos culpan a la guerra arancelaria global o las medidas de EEUU, la evidencia muestra que las decisiones políticas internas son el motor principal del colapso económico argentino.
Reflexión final
Argentina no necesita un chivo expiatorio internacional. Urge un plan económico coherente que abandone el populismo cambiario, atraiga inversiones reales y priorice la regulacion estatal de los monopolios y el desarrollo de la producción nacional. Hoynlanuniva prioridad uno del gobierno es pagar intereses usurarios a los grandes fondos especulativos y destruir el estado.
El fin de los conflictos comerciales globales no resolverá la crisis Argentina sino que la dejará al desnudo.
¿Qué opinas? ¿Es el gobierno argentino el principal responsable, o hay factores externos que no se están considerando? ¡Deja tu comentario!
Juan Valerdi
Economista. Profesor de la Universidad Nacional de La Plata. Exasesor de los presidentes del Banco Central, del Banco Nacional, de la Unidad Antilavado de Dinero y de la Comisión de la Pequeña y Mediana Empresa del Congreso Nacional de Argentina




