El Club Vladimiro Maiakovski es mucho más que un espacio físico. Es la expresión viva de una comunidad que, a lo largo de generaciones, ha sabido mantener encendida la llama de su identidad cultural y de su sentido de pertenencia. Allí se enseña ruso, se baila, se celebran fechas históricas y se transmiten tradiciones que, sin la fuerza colectiva, ya se habrían perdido en el tiempo. Es un lugar donde el idioma y las costumbres de las familias que llegaron desde tan lejos encuentran continuidad, donde los descendientes se conectan con aquello que sus abuelos trajeron consigo, y donde los nuevos integrantes de la comunidad pueden sumarse y compartir. Lo que sostiene a este Club no son únicamente los balances o las cifras del patrimonio neto, aunque también son necesarios para mantener la estructura. Su verdadero valor está en lo intangible: la voluntad de quienes participan, la memoria que se cultiva, los lazos que se generan entre generaciones, el orgullo que se siente al pertenecer a algo que trasciende lo individual.

En este marco, se desarrolló la Asamblea General Ordinaria N°58, presidida por el Sr. Talón Fernando y con la Cra. Flora Blinder, contadora del club, a cargo de la conducción junto al secretario, Sr. Cerillos Félix, en presencia del veedor municipal. Con la participación de 30 socios con sus cuotas al día, la asamblea aprobó por unanimidad el acta anterior y trató la conformidad de la Memoria y Balance finalizado el 10 de diciembre de 2024. El resultado mostró ingresos cercanos a los 5,1 millones de pesos frente a egresos que superaron los 6 millones, con un saldo negativo de casi un millón, aunque el patrimonio neto continúa siendo sólido, rondando los 9,5 millones de pesos.

La reunión también permitió fijar los objetivos del año próximo, centrados en el mantenimiento edilicio y en las actividades que dan vida al club, en especial las clases de ruso y de ajedrez, pilares de la vida cultural de la institución. Se resolvió además un aumento moderado de la cuota social, de 500 a 600 pesos, buscando un equilibrio entre las necesidades financieras y las posibilidades de los socios, siempre en un clima de compromiso colectivo. Incluso se abrió la posibilidad de recuperar un predio vecino en desuso para desarrollar actividades al aire libre, iniciativa que, de concretarse, ampliará las oportunidades de encuentro comunitario.
La asamblea concluyó con la designación de socios responsables para firmar el acta, y con la reafirmación de algo que no se mide en cifras: la voluntad de sostener una tradición viva, de resistir a la desmemoria y de proyectar hacia el futuro una identidad que sigue alimentando el espíritu de la comunidad. Porque la verdadera importancia del Club Vladimiro Maiakovski no está solo en sus balances, sino en el entramado humano que lo mantiene en pie, en cada esfuerzo compartido y en cada decisión de preservar lo que de otro modo ya se habría desvanecido.
Por Ivone Alves Garcia https://www.youtube.com/@AsiatvProduccion