¡Un reciente artículo (1) que relata la exposición que realizó el cineasta James Hawes ante la Cámara de los Comunes del Reino Unido advierte que el genio está fuera de la botella!
Se trata de la omnipresente IA (inteligencia artificial) sobre el Cine. Deberemos, entonces precisar antes, algunas cuestiones.
Tal como suele indicar, el estudioso Coronel Carlos Pissolito, en su programa de «El escritorio del Cnel.» en H&E, “… La IA todavía no puede atarme los cordones de mis zapatos”. Del mismo modo, si existe un campo donde, precisamente, la IA muestra su impotencia, es, en el aspecto creativo, y particularmente en el arte fílmico, una síntesis superadora e integradora de casi toda la historia del arte y de la representación.
Dicho artículo da el ejemplo que si a una máquina se le pide ‘Dame una escena de una mujer en Tokio caminando por una calle lluviosa’. Y lo crea. Esta afirmación que determina no solo el fin del arte, sino que cosifica tanto la imagen de la mujer, como de las calles de Tokio en algún tiempo y lugar, no es otra cosa que eso. Una cosificación cargada mediante una síntesis interpretativa ya transfigurada, de un cierto tipo de lenguaje y forma cinematográfica que es standard en una industria del entretenimiento y que se ajusta a aquellas producciones del tipo Netflix.
¿Cuál fisonomía antropométrica de la mujer, tomará por default, la IA? ¿Cómo serán la arquitectura de las calles que recorrerá la mujer? ¿Cómo medirá la IA el impacto visual al espectador, de acuerdo al nudo dramático que pretenderá la totalidad del film?
A estas preguntas básicas, habría que agregarle otras un tanto más complejas. ¿Cómo tratará a esa mujer dentro de la Diégesis o punto de partida de esa ficción que quiere construir la IA?
Tan solo con estos pocos elementos se desarrollan una cantidad indeterminada de posibilidades de tratamiento fílmico que la IA deberá resolver. ¿y cuál será el tratamiento de su estética japonesa? Con la cual un eje horizontal de la narración se ¿apoyará? ¿Lo hará a lo Mizoguchi o lo Akira Kurosawa? Por tan solo poner dos clásicos de la historia del Cine japonés.
Hay innumerables preguntas más que deberemos cargarle entonces a la IA para que esta pueda reemplazar a los guionistas, dialoguistas, escenógrafos, vestuaristas humanos y demás, con un resultado por demás incierto.
Ciertamente, así como el intrascendente ChatGpt la IA, aplicada al Cine, anuncia su rotundo fracaso, si no le suministramos lo que deseamos. ¿Y cómo se lo cargamos? ¿O cómo se lo cargan? Bueno, eso depende de quienes alimenten estos complejos sistemas. Solo hay que recordar que la IA no es otra cosa que opiniones cargadas en formatos de códigos, dispuestos a producir de acuerdo a sus combinaciones algorítmicas determinados e inmutables outputs que lejos están de producir buen Cine.
¿Entonces qué producirán? ¿Cuál sería el resultado? … para un público acostumbrado a historias del tipo papa fritas, con puré con tortillas de papa, más papa hervida con aceite. . . . es decir, tal como diría el Frankfurtiano Siegfried Kracauer, solo serían: obras de alienación.
Volviendo a la Diégesis nombrada. Cada una de estas opiniones en forma de código que deberá tener la IA para hacer su trabajo nos remitirá a un ETHOS, o mundo representado en la película que veremos, de acuerdo a los valores que le imprimió el cargador de la anglo-esfera, de datos para la IA. Es decir, opiniones de discurso único en forma de código, tal como decíamos más arriba.
Esto es lo que deberemos creer que es el Cine. Kenji Mizoguchi y Akira Kurosawa se estarían agarrando la cabeza si pudiesen ver lo que se pretende hacer.
Por supuesto, la IA también determinará el sentido del discurso de la historia que contendrá el guion y los giga corporaciones estarán felices de bajar los costos de producción, que seguramente es lo único que deben haber entendido los públicos británicos que escucharon esta nueva idea prometeica de una ¿herramienta? Que pareciera ser cosificadora y de baja calidad.
(Por Federico Serra desde Santa Cruz de la Sierra. Bolivia. 23/03/2024. Contacto +591 6209 9933)
